8 de agosto

A pesar del concurso de karaoke dormí mejor de lo que supuse, me estaré mongolizando?. Me quedé levantado hasta tarde haciendo alguna toma nocturna y divirtiéndome con todo el show que montaba el DJ con las supuestas "cantantes" (como siempre las más jugadas en estas cosas son las féminas). El que seguía aumentando en forma imparable su nivel de alcohol en sangre era Ambraa. Cada tanto venía a buscarme para integrarme a su grupo de amigos, pero pude mantenerme alejado, y eso que la vodka mongola es bastante buena…

Me levanté temprano como siempre, cosas de la edad, mas mi chófer/amigo/enemigo estaba desmayado. Esperé un rato, pero habida cuenta de que teníamos que irnos a eso de las nueve traté de despertarlo. Fue difícil, tras unos 30 minutos de insistencia logré que se levantara medio a los tumbos. No me quiero imaginar el dolor de cabeza, pobre! Su cara lo decía todo! Por un par de horas todo fue silencio, sin música y con la charla indispensable de gente educada, que cada tanto se dice algo circunstancial como para no generar incomodidades. Nuevamente por los caminos del terror, pasamos un puente que no sé como permaneció en pie.

Ya sabía desde el día anterior que no era posible ir a al monasterio de Tovgön Khiid porque el río estaba impasable. Una lástima, es un monasterio fundado por Zanabazar en 1653 y donde él fue cabeza del mismo por más de 30 años. Además está construido en el pico de una montaña, lo que redoblaba el placer de la visita.
Karakorum – Amanecer de una noche agitada.
Karakorum – Amanecer de una noche agitada. Pasamos nuevamente por Khujirt, mágicamente apareció algo de asfalto, que no es raro que esté en peores condiciones que los firmes y llegamos al mediodía al Shankh Khiid, otro de los monasterios históricos, fundado por Zanabazar en 1648, a pesar de que fue incendiado es uno de los pocos que sobrevivió a las purgas de 1937 junto con Erdene Zuu. Cuando llegué estábamos sólo los monjes y yo. Entré, me senté y me quedé como media hora escuchando sus rezos y cánticos. El ambiente no podía ser más plácido y cautivante. Los monjes mayores cantaban los sutras y los chicos hacían sonar los tambores, platillos y cornos que suelen tocar los budistas. Me hizo gracia porque los chicos, como cualquier otro chico del mundo, se distraían, chacoteaban entre ellos o jugaban enredando sus largos rosarios alrededor de cualquier cosa. Ese ambiente tan poco solemne y simultáneamente muy espiritual me resultó sumamente atractivo.

Llegamos a Karakorum – Erdene Zuu (Cien Tesoros) justo como para almorzar algo. Así como no había nadie en Shankh, en Erdene Zuu es una romería. La clásica seguidilla de kioscos con "antigüedades", "reliquias" y demás, frente al enorme predio de los monasterios. Paramos en uno de estos locales a comer algo y después me mandé adentro del complejo. Fue fundado en 1586, primer monasterio budista de Mongolia, por Avtai Khaan. En su momento estuvo compuesto por un número de entre 60 y 100 templos y llegó a tener más de 1000 monjes. En 1937 fue incendiado durante las purgas estalinistas y sólo resultaron indemnes tres templos, pero la mayoría de los monjes fueron masacrados o enviados a Siberia. El monasterio permaneció cerrado hasta 1965, en que fue reabierto como museo y en 1990 volvió a operar a pleno. El monasterio está cercado por una gran muralla, espaciadas uniformemente cada 15 metros se han construido 108 stupas (108 es un número sagrado para los budistas): Debo confesar que me conmovió la situación histórica, sobre todo ver las piedras quemadas por el incendio estalinista. Piedras que además habían sido parte de la capital imperial de Karakorum. Estelas escritas de los dos lados en diferentes idiomas.
Karakorum – Amanecer de una noche agitada.                 Karakorum – Amanecer de una noche agitada.
Ver los templos que no fueron quemados y que tienen más de 500 años también fue algo que me impresionó. Pero todo el circo montado alrededor de la venta de bendiciones por parte de los monjes, lectura del destino e inmensa cola de la gente (sobre todo del país) para entrar en un el templo de estilo tibetano Lavrin Süm, donde había un Buda en particular y estaban los monjes mejor entonados de Mongolia cantando sutras, me rechazó un poco. Sentí lo mismo que siento con el resto de las religiones. Como si el camino al cielo fuera más seguro si se lo pavimenta con monedas de oro… Tanto es así que como no dan abasto para atender en las construcciones existentes, han montado gers que funcionan como templos con la exclusiva función de dar bendiciones y dar consejos a los fieles.

Salí del monasterio y caminé hacia donde debió haber estado la vieja capital imperial de Karakorum. Ciudad que ordena construir Chinggis Khaan en 1220, aunque no llega a verla, y que construye su hijo Ögedei Khaan. Capital del imperio por 40 años hasta que Khubilai Khaan es nombrado Gran Khaan y decide fijar la capital en Khanbalik (Ciudad del Khaan), la actual Beijing. Este movimiento político marca el comienzo de su decadencia hasta su completo abandono y posterior destrucción en 1388 a manos de soldados manchú. Vi la tortuga famosa, eran 4, una por vértice de la ciudad, hoy sólo quedan 2. Entré al campo cercado con un miserable alambre de púas, donde estaba la gran sala ceremonial del palacio imperial. De aquella ciudad queda poco, ya que al estar abandonada y destruida los budistas tomaron las piedras que la constituían para con ellas erigir Erdene Zuu.
Karakorum – Amanecer de una noche agitada.
Karakorum – Amanecer de una noche agitada.                 Karakorum – Amanecer de una noche agitada.
Karakorum – Amanecer de una noche agitada. No obstante lo poco que ha quedado de Karakorum la conmoción que me provocan algunos lugares históricos, rememoro Troya, es profunda y consistente. Después de todo no es para menos, estaba en el lugar donde se levantó la capital del Imperio más grande de la historia y además Chinggis Khaan es de todos los conquistadores el que más admiración me despierta. Volví a pasar por Erdene Zuu y miré con más detenimiento las piedras quemadas. Creo que el siglo XX nos dio el trío de personajes (Hitler, Mao y Stalin) que más muertes causaron en toda la historia de la humanidad. Es más creo que ese record hasta pueden detentarlo en forma individual cada uno de ellos. No tengo elementos para decir que fueron los peores, pienso en Amir Timur por ejemplo, pero el caudal de muerte del que fueron responsables es escalofriante.

Visité el Museo de Karakorum. Francamente, es el mejor museo que vi hasta ahora en Mongolia. Hecho con criterio moderno, es un esfuerzo conjunto del Japón y Mongolia. Chico, pero muy bien puesto, con piezas valiosas, ordenado y un placer como está mostrada la historia de la ciudad, desde la prehistoria hasta el Imperio Mongol. Además es muy bueno el trabajo que se ha hecho con las excavaciones.

Después de 2 semanas de dar vueltas en condiciones higiénicas siempre límites decidí gastar dos pesos más e ir a un Ger Camp. Fuimos al Anar Camp, que está ubicado sobre el río Orkhon, en medio de este valle maravilloso. Que puedo decir? Duchas calientes, WC con agua corriente, lavarme los dientes y la cara en un lavatorio, comer en una mesa, corriente alterna 220 volts, cama con colchón… Y todo este lujo dos días seguidos! Casi que no puedo creerlo. Como broche tuvimos la función de un grupo folclórico a la noche bastante bueno, con cantante de khoomi, contorsionista y toda la parafernalia instrumental y vocal de estos lares. La verdad es que lo disfruté. Ambraa insistió en sacarme una foto con los músicos y yo le devolví el favor, lo que lo dejó encantado.
Karakorum – Amanecer de una noche agitada.                 Karakorum – Amanecer de una noche agitada.
Como ya estoy decidido a ir despacio le dediqué dos días a este lugar. El 8 visité el Monumento a los mapas imperiales. Esta hecho en la cúspide de un cerro y consta de tres paneles que conforman un círculo, donde están representados los mapas del Imperio Huno, Turcomano y Mongol. En el centro pusieron un gran ovoo, como para no errarle a la identidad. Después visité la Roca Fálica. Es un falo de piedra de unos 60 cts., tallado vaya uno a saber por quien, que está en el faldeo de una colina cercana. La verdad es que no vale la visita, pero lo tenía en camino, así que allá fuimos. No me sorprendió ver que tenía una bufanda azul de seda y que estaba acompañado por un importante ovoo lleno de ofrendas. Era todo tan obvio que a éste no le hice mi deseo dionisíaco. Karakorum – Amanecer de una noche agitada.
Karakorum – Amanecer de una noche agitada.
El 9 partimos al lago Ögii Nuur, cada vez más pausado, como intentando detener el tiempo del retorno.
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