"Uno de los aspectos que el mundo electrónico posmoderno ha traído consigo es el reforzamiento de los estereotipos a través de los cuales se observa Oriente; la televisión, las películas y todos los recursos de los medios de comunicación han contribuido a que la información utilice moldes cada vez más estandarizados."

Orientalismo
Edward W. Said

¿Oriente? ¿Qué Oriente? ¿Hay algún otro además del geográfico? ¿Existe acaso un Oriente que es un concepto, una descripción, una definición?

La palabra no es ingenua, ni inocente. En sí conlleva el peso de la definición y en su uso habitual, periodístico, erudito y hasta casual, segrega, marca y determina la posición del hablante. De la misma forma que "negro", o "cabecita" no son usadas como definiciones de color o de forma antropométrica, Oriente no es sólo una situación geográfica, porque si así fuera casi toda Europa sería parte de ese Oriente geográfico. Es obvio entonces, y casi ni hace falta demostración alguna ya que todo el mundo ha incorporado qué es lo que la cultura occidental ha descripto con este término, que al hablar de Oriente nos estamos refiriendo a algo que no queda meramente suscripto a las coordenadas de longitud y latitud terrestres.

Son muchas las cosas que utilizamos en forma automática sin detenernos a pensar en su funcionamiento detallado; del mismo modo, son muchos los términos que usamos sin cuestionarnos qué quieren significar verdaderamente, sin analizar el contenido ideológico de la palabra que creemos elegir. De nuevo ¿Oriente? ¿Qué Oriente?

¿Por qué hay un Cercano Oriente? ¿Un Medio Oriente? ¿Un Lejano Oriente? ¿Cerca de quién está el Cercano Oriente? ¿Lejos de quién el Lejano? ¿Por qué no existen las mismas categorías para Occidente? Es verdad, hubo un Lejano Oeste, un Far West fantasmático donde jugábamos de chicos, pero también ese "Lejano Oeste" era una frontera (Frontier Line), un lugar a ser dominado, colonizado, controlado y que, por supuesto, al igual que Oriente, estaba habitado por una especie de subhumanos por los que no había que tener mayor consideración, en este caso eran "indios". Nueva paradoja cultural: unos indios que no son de la India, o las Indias, como se prefería llamar a las nuevas tierras conquistadas. Nuevo gesto de desprecio cultural por otra identidad, por todo lo que no formaba parte de la civilización occidental.

No tenemos que olvidarnos que "el Sur también existe", nueva paradoja de las definiciones, parecería ser que este es un sur poblado por unos oscuros africanos y unos morochos "café con leche" que viven del lado austral del Río Grande (en lo que eufemísticamente se denomina las Américas, porque America en singular y sin tilde hay una sola), pero del que no forma parte Australia. Es interesante ver cómo lo que parecerían ser científicas definiciones geográficas no son más que estrategias de dominación y de colonización imperial a las que las potencias no han renunciado, ni tampoco lo harán, porque estas ambiciones forman parte de su visión del rol que creen que les toca jugar en el concierto mundial. En su psicología más profunda no han dejado ser colonialistas e imperialistas, pero no caen en la cuenta que seguir defendiendo un estereotipo que implica una opinión cristalizada, del Otro les resta poder, los fija en una inmovilidad ridícula que ya no es respetada ni tenida en cuenta por nadie que se aboque al tema seriamente. Muchas de las críticas que hoy reciben las "potencias centrales" responden a este inmovilismo, a esta dificultad de flexibilizar la mirada. Quieren convencer al resto del mundo de que su capacidad económica es razón suficiente para normar a los "desprotegidos" que, por supuesto, según ellos no tienen capacidad por sí mismos de integrarse a la "civilización" y ya este "resto" del mundo, este "Tercer" Mundo ha dejado de seguir estas "fabulosas" recetas, ya ha dejado de creer en las definiciones que el "Primer" Mundo le prodiga.

En búsqueda de una posible salida a esta situación, e intentando una aproximación distinta vuelvo sobre el texto de Said: "Quizá el objetivo más importante de todos sería estudiar alguna posible alternativa contemporánea al orientalismo, preguntarse cómo se pueden estudiar otras culturas y pueblos desde una perspectiva libertaria, y no represiva o manipulativa. Pero entonces habría que replantearse el complejo problema del conocimiento y el poder."

La aplicación amplia del orientalismo con su definición de este "Oriente", definición con la que nos hemos manejado desde que empezamos a hacer palotes en la escuela, definición de la que somos simultáneamente víctimas y victimarios, ya que nos la aplican y nosotros, a su vez, la aplicamos para adentro y para afuera de nuestro propio país, es una situación que ya resulta insostenible. Tenemos que tener el coraje de apartarnos de los paradigmas impuestos y comenzar una búsqueda sincera del Otro. Permanecer en silencio y dejar que este Otro se nos muestre, incorporarlo como lo que él es y reconocer que también "nosotros" somos otros. Unos "otros" que no dejaremos de ser mientras sigamos insistiendo en ser "nosotros". Mientras no nos permeemos a la realidad ajena. No basta con comprender, o simplemente "tolerar". Es mucho más que eso. Hay que reconocerse en lo que el otro hace. Jugar la propia humanidad en el campo del otro. Ir en pos de "una perspectiva libertaria, no represiva o manipulativa." Si sólo nos detuviéramos unos momentos a pensar en las consecuencias de semejante acción veríamos un horizonte, un escenario que excede completamente el campo de nuestra imaginación. Sólo se trata de aceptar la diversidad, en tanto que la misma no afecte derechos de terceros, sin intervenir, sin dictar, sin apostrofar, sin definir desde modelos de control y dominio.

Mongolia es parte del Oriente creado por Occidente. El nomadismo es una subespecie de ese Oriente que perfectamente sirve para reforzar las diferentes definiciones "científicas" acerca de sus habitantes y sus costumbres. Según "nuestros" eruditos es una manifestación más del "primitivismo" y de la necesidad que experimentan estos pastores de ser reeducados e insertados en el mundo "civilizado". Lamentablemente este mundo superpoblado, donde la población crecerá un 50% en los próximos 50 años irá extinguiendo al nomadismo pastoril por simple "ineficiencia" productiva. Será un paso más dado hacia la pérdida de las identidades individuales, con lo que también iremos perdiendo nuestra identidad general.

Yurta y corral en las montañas de Kyrgyzstan.

Yurta y corral en las montañas de Kyrgyzstan.
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